Nuestro paso por aquí abajo, se sustenta en allanar los caminos vivientes y en facilitar pulsaciones existenciales. Todo hay que hacerlo con amor, reconociendo, respetando y apreciando a los demás.
La espiral de intimidación está en plena actuación, solo la frena el cultivo del amor, con lo que ello supone de clemencia y espíritu donante, si en verdad queremos liberarnos de nuestro egoísmo, superando el instinto dominador, con una sincera revisión ...